El tamaño sí importa cuando se trata de cálculos renales
Las piedras o cálculos renales que se forman en los riñones son formaciones sólidas que se constituyen en la cavidad del riñón por el desbalance de determinadas sustancias en nuestra orina
Dra. Natalia Otaño
La formación de cálculos renales es lenta y obedece a muchos pasos físicos y químicos, que incluyen la sedimentación de sales y otras sustancias que llevan a la cristalización y, mediante procesos de agregación, dan origen a verdaderas piedras en el interior del riñón. Estas piedras crecen de forma sostenida antes de dar algún síntoma y cuando alcanzan un tamaño relevante pueden generar graves problemas de salud.
En algunos casos pueden salir del riñón, siguiendo el flujo de la orina y atascarse en el uréter, produciendo intensos dolores conocidos como cólicos nefríticos y obstruyendo la eliminación de orina del riñón afectado. Adicionalmente al dolor, esto puede generar la dilatación del riñón por la obstrucción (hidronefrosis) y otros inconvenientes relacionados como una infección de la orina estancada.
Para evitar estas complicaciones, que ponen en peligro el funcionamiento del riñón y en algunos casos la vida del paciente, en muchas ocasiones son necesarias la hospitalización y la cirugía.
En otros pacientes, los cálculos permanecen dentro del riñón y se mantienen creciendo en el tiempo, llegando incluso a ocupar todo el interior del órgano y destruyéndolo poco a poco a medida de que crece. Hay algunos pacientes en los que las piedras sólo son detectadas cuando el daño renal ya es irreversible.
El tratamiento de las litiasis o cálculos renales amerita cirugía en la mayoría de los casos, por lo que se deben optimizar las medidas preventivas y los cambios de hábitos y estilo de vida que nos permitirán evitar una dolencia que puede resultar en graves consecuencias para nuestra salud.